Pages

miércoles, 5 de enero de 2011

Awakening in January

Tu nombre… sólo pensarlo me eriza y me transporta a un mundo no terrenal, surrealista. Aún no termino de asimilar porque lo tengo grabado desde hace tiempo ni el porqué siempre te pienso. No logro asimilar el porqué de las cosas, el porqué quiero cumplir y el porqué de querer hacerte felíz con una mirada, con un abrazo, o simplemente con nada, no darte mi cariño ni nada de mi, con que lo supieras me bastara aunque no fuera correspondida, no me importa… Pienso en ti mañana, tarde y noche y entre sueños te veo, de una manera tan angelical y tan pura que ni yo misma me lo creo; con esa sonrisa de oreja a oreja que me podría matar, tus ojos… qué decir de tus ojos si tal vez sean el motor de mis sueños? Es esa mirada la que podría hacerme caer o hacerme más fuerte, llorar o llenarme de ira, o nada… tal vez no me puede hacer nada así y es por eso que la encuentro tan enigmática, tan pura, tan mágica, tan real…
¿Pero yo qué puedo ofrecer? En ese surrealismo podría ofrecerte todo a cambio de nada; unos corderitos y árboles, manzanos, olmos y naranjos, una vida épica y sobre todo felicidad, tal vez podría complacerte y mimarte, hacerte sentir querido… o podría ofrecerte mi alma, mi cuerpo, o vida desenfrenada y arriesgada… tal vez ofrecería mis sentimientos de forma velada, tal vez caos, extrema tranquilidad, o tal vez en ese mundo surrealista no te ofrecería nada.
Pero en la realidad ¿qué puedo ofrecerte? No tengo más que estos ojos que a menudo se cegan, estas manos que todavía no han osado por tocarte ni acariciarte dormido, pies y piernas que andan y andan sin un camino fijo, sin nada fijo… Mis labios… labios que pueden decir muchas cosas sin decir algo concreto, que pueden decir cualquier cosa menos lo que siento por ti y que pueden besar a otros pensando en ti… En sí, ¿cómo ofrecerte mi cuerpo? ¿cómo ofrecerte mi alma en esta realidad? ¿Qué puedo ofrecerte si no sé con exactitud quién soy y seré cuando esté contigo?.
No puedo ofrecerte estabilidad y menos decirte que las cosas estarán bien, no puedo ofrecerte caos, ni ira, ni felicidad, ni mi sonrisa al verte despertar o al verte dormir, al verte feliz aunque no tenga nada que ofrecerte, pero eso sería un sueño ¿sabes?... No podría estar tranquila por el simple hecho de que falten muchas cosas, muchas que de mi parte no podrán salir hasta que sane completamente, cosas materiales y emocionales… no me lo perdonaría…
No me perdonaría amarte sin demostrártelo, con esa frialdad que me he forjado, ese miedo de no salir lastimada y de que no me aceptes tal como soy. No me importa como seas, de donde vienes, a donde vas… A mi no me importa nada, solo me importa que seas feliz y que no se te borre esa sonrisa de escaparate que alguna vez robaré, esos árboles en los que algún dia estaremos y esas calles y avenidas que podríamos atravesar; jugar como dos tontos en un parque e irnos de viaje, sin rumbo fijo… sólo tu y yo.

Pero… ¿de qué valen esos sueños? ¿Esas noches en las que duermo soñando contigo? ¿Esas noches y esos días en los que te imagino a mi lado? ¿De qué vale todo si me da miedo el hecho de que no se vuelva realidad?

No hay comentarios: